Richard Branson es una de las caras más conocidas a nivel mundial por ser un importante magnate de negocios, dueño de la compañía británica Virgin, tanto de la Virgin Megastore como de la compañía aérea Virgin Atlantic Airways, además es uno de los multimillonarios que más se deja ver en eventos públicos y sociales. Branson perdió una apuesta pactada hace un par de años contra otro amigo multimillonario, propietario de otra compañía aérea, el perder la apuesta le llevó a pasar un día haciendo el rol de azafata de Air Asia, perteneciente a su contrincante.
El magnate británico nos ha hecho esperar, pero tras pactar un día para dicha hazaña no titubeó en ponerse pestañas postizas, maquillaje, depilarse las piernas para enfundarse en medias de cristal y se vestirse de rojo pasión, tal y como van las azafatas de Air Asia en un día de trabajo, calzándose los zapatitos pertinentes en un vuelo de su rival asiática, entre Perth (Australia) y Kuala Lumpur (Malasia).
La apuesta que perdió Branson fue con los equipos de Formula1 de ambos millonarios, Virgin Racing y el Lotus Racing. La apuesta consistía en que quien obtuviera mejores resultados en la competición de 2010 ganaría. Ninguno de los dos equipos obtuvo punto alguno al finalizar la temporada pero Lotus Racing se posicionó mejor que el Virgin Racing, por tanto Branson perdió la apuesta, haciéndose pasar por una azafata de abordo durante un vuelo de 4 horas, sirviendo y atendiendo a los pasajeros como una más, eso sí, con decenas de flashes y objetivos enfocándole por la repercusión mediática de esta divertida apuesta.
Parte de los beneficios de este vuelo comercial tan particular han ido destinados a la Fundación de Niños Starlight y a una ONG que trabaja con niños desfavorecidos Malayos. Sin duda ha sido una apuesta divertida que por supuesto no está al alcance de todos cumplir.