Alguna vez se nos ha pasado por la cabeza el saber cómo serían los famosos si no lo fueran, si fueran gente común, normal y corriente, como nuestros vecinos o compañeros de trabajo en vez de celebrities de talla mundial, con tanto glamour, maquillaje y estilismos estudiados al milímetro.
Danny Evans y su gran habilidad con el manejo del Photoshop han hecho posible acercar los rostros más populares al mundo más ordinario, convirtiendo a reinas del Pop como Rihanna o Madonna en señoras de su casa, o a ídolos de Hollywood como Tom Cruise y Johnny Depp en señores de quienes nunca colgaríamos un póster en nuestra habitación o a parejas envidiadas como los Pitt o los Beckham en parejas muy alejadas de los iconos que son ahora mismo.